Este cuento, se ubica en Londres Virginia Woolf plantea el pensamiento de la narradora mientras escucha una pieza musical, sentada en una silla dorada encuentra belleza en las melodías de Mozart y describe con un singular lenguaje musical, los estados anímicos que genera la armonía en los espectadores, descubre la singular estética de Woolf en la que profundiza y cuestiona sus ensueños.