Gaspar de Montenegro es un joven adinerado y refinado que deambula sin rumbo desencantado de la vida, por las calles de Madrid. Preso de una obsesión con la muerte y con un oscuro pasado que le atormenta. En una consulta médica, conoce a una mujer enferma de tuberculosis y a su pequeño hijo Rafaelín, el cual, cuando esta fallece adopta como hijo suyo. Se aparta de su hermana y de la mujer con la que planeaba contraer matrimonio para dedicarse por entero al niño. Pero en un giro de dramático mira a la muerte a los ojos y ya no volverá a ser el mismo.